viernes, 28 de junio de 2013

LA RUBIA DE VICTORINO.



Cuando victor o Victorino como lo llamaban sus abuelos, estuvo  a punto de cumplir 18 años- nivel ciudadano reconocido-  su padre le preguntó  si  deseaba una fiesta de cumpleaños junto con sus amigos, o de lo contrario un formidable viaje a la verde y exótica selva del Perú (Iquitos).  
Como todo novato, sin prejuicios ni responsabilidades,  Victorino estuvo sumido en  dudas los meses posteriores a su feliz  celebración. Digamos que por una parte se imaginaba  bailando en la fiesta de 18 con sus mejores amigos(as), y por otro lado corriendo  en un lugar cuya diversidad de flora y fauna invitaba a bailar al ritmo de los sonoros tamborcillos selváticos. De ser así,   sus vacaciones estarían fuera del bullicio ciudadano, infaltables conquistas de huambrillas  y  charapitas amables.     

Su decisión fue a tiempo y acertada. Viajó en el mes de julio- mes de vacaciones escolares –  por buenos augurios lo acompañaron dos de sus buenos amigos, y un primo mayor de edad como persona responsable. El viaje fue entretenido; descargando carcajadas, tomando fotos por la ventana del bus, viendo el camino lluvioso y medio  verduzco  que origina el efecto de la lluvia. Llegaron a la casa del tío Ricardo Meléndez. Así pasaron dos días antes de la fiesta de cumpleaños; visitando muchos lugares turísticos  del bello Iquitos, hasta que finalmente llegó el día de su cumpleaños.
Todos decidieron ir a la discoteca. Victorino era el más entusiasta ya que  en su cumpleaños numero 18   bailaría en una discoteca, con luces psicodélicas, música a todo ritmo, y lindas chicas que estarían dispuestas a coquetearle. Conforme entraron, tomaron asiento y pidieron tragos para brindar por el feliz cumpleaños. El problema era que Victorino nunca libó alcohol en toda su vida, hasta ese día. Tomaron uno, dos y  hasta tres tragos, continuando con cerveza a menos cuatro grados de temperatura. A  decir verdad,  en el primer trago Victorino ya se sentía extasiado; parecía una momia a punto de salir de su sarcófago directo al bailoteo. Pero en su estado grave de alcohólico irreverente, lo invitó a coquetear con el ramillete de chicas de la mesa anterior.

Entre todas las chicas hubo  una que le impactó mucho: era rubia, delgada, labios rojos, más alta que él. Hasta el momento se notaba algo tímida, no mencionó ni una sola palabra.
En su día festivo y en toda su borrachera, sin importarle el tufo ni la caminada tambaleante se abalanzó con pinta de galán para bailar con cada una de ellas. Hasta que pusieron la canción suavecita casi romántica, la baladita que permitiría conocer a la mujer blanquiñosa y despampanante.

La invitó a bailar cuidadosamente. Al principio se resistía como mujer interesante, hasta que movió la cabeza como símbolo de aprobación. Él Bailaba tiritando su cuerpo, le sujetaba  la cintura frágilmente. Entre sus planeas estaba  robarle un  beso, pero antes se atrevió a preguntarle cualquier pelotudes con tal de entrar en confianza y escuchar su melodiosa voz.  Le preguntó una y otra vez pero no hablaba, la rubia era muda quizás. Le preguntó hasta el cansancio, hasta  que producto del  alcohol perdió la tolerancia,  inmediatamente hizo corto circuito junto con sus neuronas borrachas; Victorino se enfado y de un grito le dijo.    
¿¡Acaso eres muda carajo!?     
De pronto se escuchó una voz varonil, de un machazo energúmeno, rabioso, encolerizado.  

¡¡¡No, y si quieres besarme, bésame ya!!!!

Victorino se puso frío y su estomago produjo un revoltijo. Deseo salir volando  como un loro selvático.  
FELIZ 18 VICTORINO

viernes, 21 de junio de 2013

LEAMOS TUS PENSAMIENTOS


Cada vez que camino por la calle lo hago de manera pausada; si voy con una chica y empleamos una conversación agradable, son merecidos los pasos de procesión, y de manera apresurada cuando voy solo o el tiempo me ha ganado. Aparte de saludar  algunas personas por la calle, así no las conozca y solo por educación, siempre me hago la misma pregunta ¿¡Qué piensa la gente cuando va por la calle!?            


Me supongo que muchas mujeres pensarán lo siguiente: este vestido que me puse me queda regio, o de repente. ¿Me veré bien? Me quedará el color, he subido de peso en los últimos meses, otras exclamarán ¡no! Por Dios me puse el calzón al revés, como también puede darse el caso en que muchas personas, hombres o mujeres. Piensen en posteriores  tareas laborales o educativas.
Aprovechando ese encuentro frente a frente con la ventana de alguna casa o carro para utilizarla como espejo y afirmar si salieron bien vestidos. 


En el caso de nosotros los hombres- al menos yo-  pienso en muchas cosas: por ejemplo revisar mentalmente si deje la plancha desenchufada, si hice la tarea, si me eche desodorante, si hay algo  extra por hacer, revisar mi billetera, como también pensar en mis próximas entradas en el blog.  
 Por consiguiente, opino que ese trayecto empleado en caminar hacia nuestro destino, nos obligan a buscar muchas soluciones rápidas. Nos convertimos en maquinitas andantes. Hasta movemos las manos, hablamos en voz alta sin mirar a nuestro alrededor, y la gente se preguntará. ¿Y éste? Es un loco.           

En mi trayecto a la universidad he mirado a mucha gente, y creo haber podido leer los pensamientos; al menos haber acertado con algunos. Y es que salimos a la calle con una cara de pocos amigos o unos semblantes resplandecientes y nos damos cuenta con qué problema o alegrías cargamos.
 Hace días he podido ver rostros de amanecida, rostros con mal de amores y preocupaciones.  Considero que la vida nos tiene  diversos retos, pero nos estresamos tanto con  ideas malas; sobre todo crueles, que finalmente, permitimos que estas invadan  nuestras vidas, cambiando el ánimo y entonteciendo el  rostro.           

Y tú ¿Qué piensas cuando vas por la calle?


lunes, 17 de junio de 2013

EL PURGATORIO



He soñado que moría, y lo más extraño es que no sabía si mi alma caería en el  cielo o el  infierno. Solo recuerdo haber  cerrado los ojos desplomándome  de forma vertiginosa, tuve la  sensación de  caer sin fondo; sin que nada me atrape, sin un suelo donde estrellarme. Así  fue hasta cuando me quedé sin voz y por fin caí en un lugar llamado el purgatorio.   
Ni en el cielo ni en el infierno, en el purgatorio, lugar de purificación y expiación. Tengo entendido que si fuiste un buen cristiano tu alma pasa directo al cielo, si fue todo lo contrario arderás en el fuego del infierno, pero he caído en el purgatorio, entonces  aquí  el alma de las personas muertas con pecados leves  necesita ser  subsanadas.

Por un momento me sentí  como Dante y Virgilio en La Divina Comedia. Cuando decidí caminar unos pasos hacia delante,  un ángel voló sobre mi cabeza y se posicionó frente a mí.
Allí estaba yo,  mi alma a punto de ser purificada, temblando de los pies a la cabeza; como pollito remojado a las  ocho de la noche. De pronto, sentí  que algo  lamía mis pies, y entre mis sueños pensé que algún muerto  me jalaba hacia los más oscuro, pero desperté y era el gato de la casa,  pasando su lengua por mis dedos  y  queriendo dormir  sobre mi  cama.            
Después de una taza de manzanilla volví a dormir.  Por segunda vez he caído en el mismo sueño y esto  ya parecía real,  el  ángel que alumbraba como la luz de la luna, 
apenas dejaba entrever su rostro, me dijo:              
“Confiesa todos tus pecados y serás llevado al cielo”. Entre el miedo y la curiosidad le dije que esas confesiones ya las había hecho en un post  anterior, entonces me respondió que últimamente algo no he confesado. Algunos pecadillos o simplemente confesiones casi secretas faltaba mencionar. Entonces le dije mirándolo al rostro.

Debo confesar que mi padre nos puso apodos a mis hermanos y  a mí,  mi seudónimo o apodo fue el chinito macalao, no sé quien carajos será macalao pero con el tiempo me fui acostumbrando- Ahora solo me dice Frank- Debo declarar que hasta la fecha (junio 2013) de forma inexplicable me gusta alguien, pero soy un tímido casi estúpido porque planeo tantas cosas y a la hora de actuar se congelan mis palabras. Confieso entristecerme por  no tener una fortuna y poder brindársela a mis padres; eso es muy duro para mí.  
Declaro a ver  caído en la curiosidad de leerme la mano con una gitana. Ella me dijo que nunca me faltará trabajo, mucho menos  un pan en la mesa, pero en el amor  estoy jodido (estoy empezando a creer eso).       
Me entristece llegar los fines de semana a casa y ver a mi padre envejecer. Después de su salida en el trabajo su vida se ha visto opacada. 
Manifiesto que cuando tenía ocho años mi madre me servía pescado, yo lo cambiaba por un pedazo de jamonada. Hasta que enfermé  y me llevaron al hospital por tener  hepatitis.         
Confieso haber hurtado de la cartera de mamá cinco soles para comprar cuentones en navidad, también revelo quedarme sorprendido como la juventud se sigue pudriendo en cosas superfluas , en cuanto al aspecto sentimental cada vez hombres y mujeres no saben lo que quieren, me parece que hay mucho bipolar en el planeta.

Soy testigo de mis  propios actos, por lo tanto quiero confesar que pasar por una universidad privada y actualmente una estatal es agotador, hasta el punto de querer renunciar, pero es mi madre quien me da valor para seguir en un mismo camino. Manifiesto que tengo miedo morir, pensar que algún día estaré en un ataúd me aterroriza, pero es parte de la vida.  A esto agrego que mucha  gente no toma en consideración que la vida es corta y cada vez pierde el tiempo  haciendo cosas estúpidas.         
Quiero confesar que el nombre de este blog “El Escribano”  en un primer momento iba llevar el nombre de “El diario de Frank” pero me acordé de un gran amigo, Nelo yarlequé, que en  algún momento dijo: pareces un escribano rayando los calendarios, señalando las próximas actividades (Por supuesto de manera informal y sarcástica).         
Manifiesto  mi deseo de querer recorrer el mundo, esos lugares maravillosos y plasmarlos en fotografías mentales, poder escribir mis viajes por aquí sería excelente.
 Estas son algunas confesiones para poder salir del purgatorio al cielo. Ahora, he mirado al ángel y me ha cogido la mano, pero cuando lo hizo, me he despertado. En ese instante  era mi hermano Alex, alertándome la hora para ir  la universidad.



Gracias por leer  algo tan personal, algunas de mis confesiones.

jueves, 13 de junio de 2013

SOMOS FEOS




Si Dios te mandó con algunos atributos  generosos  debes estar bien agradecido(a).  Por lo tanto no será  nada difícil que alguien  te pida estar a su lado ¿verdad? Pero no sería mejor  que la gente conozca primero tú personalidad, actitudes bien puestas y cualidades. Si claro, todos no piensan lo mismo, entonces esto pasa a segundo plano y digo: para bien de muchos, el mundo donde vivimos nos exige estar a la moda, vestir bien, ser  lo más simpáticos posibles y tener  menos errores y defectos que el vecino de al lado – sobre todo  físicos-  Algo que en verdad me parece absurdo, pero el sistema lo manda y esto nunca va a parar. Ya me convencí.            

Sin embargo  permítanme  decirles que, TODOS SOMOS FEOS, sí, así es. Somos feos cuando nos  comportamos de manera detestable, la belleza física queda  opacada por  las actitudes vergonzosas, inclusive eso no es compatible con tu edad, entonces somos feos y hasta casi horribles.  Cuando actuamos así, esa belleza no sirve, hasta podría decir que  cuando no eres lo suficientemente inteligente para actuar eres feo(a).      

También esa fealdad  la cual piensas no tener,  sale a relucir  cuando el homo brutus hace notar su presencia, sino pregúntenle  a la candidata de un certamen de belleza,  tienen meses de preparación, con preguntas ya resueltas y tiempo suficiente como para actuar bien.          
Pregúntenle  al  hombre que muestra su cuerpo en el segmento de espectáculos y ahora en las noticias por maltratar a una mujer. 
Somos feos y la belleza exterior no te salvará porque tus acciones demuestran lo contrario. La belleza es solo una coraza,  muchas veces no deja ver ese lado hipócrita.  Basta con no abrir la boca o sonreír para que todos te digan eres bella(o), eres genial.


Trato en lo posible  en conocer a las personas, algunas un poco difíciles que otras, pero quiero afirmar que: Todos alguna vez  fuimos, somos, seremos feos.       
Pero,  Por qué no empezamos a hacer feos bonitos. Tal vez nos vaya mejor.   
Te das cuenta que somos feos, y que no todo es la belleza física, si no existen otros aspectos que debemos cambiar para ser completos.                 He escuchado decir a muchas mujeres, “qué simpático es pero; lastima que sea un pendejo, juega con las mujeres”.           
Como a compañeros mencionar muchos atributos de mujeres atractivas pero, altaneras, creídas y pedantes.
Esto quizás, no cambie mucho porque vivimos en una sociedad donde buscamos vernos lo mejor posible, lo cual no es nada malo, pero sería mejor si también mejoraría nuestra personalidad ¿No crees?

viernes, 7 de junio de 2013

AMOR EN INGLES




Cuando inició el ciclo académico de ingles, Alberto Requena, no tenía ni la más remota idea de lo que era una palabra en este idioma, es más, apenas hablaba el español  como debe ser. Una que otra vez escuchaba canciones en Ingles.Solo para aparentar  ser experto en la materia.   
En su primer día de clase se sentó atrás, avientas  del relajo y camuflado  entre el nuevo grupo de compañeros. Lo peor que le puede suceder  a un estudiante, es que, por querer pasar desapercibido, su profesor  lo saque a leer en el  primer taller, en el primer día, en la primera impresión, en la primera oportunidad, en la primera vez, en la primera vez  que puedes equivocarte y hablar pelotudeces.        

“jelu mi name is Alberto Requena estuden uf Ingles”. Así como se lee en este texto  lo pronunció.  Mientras todos reían  a carcajadas, Alberto se enrojeció peor que tomate maduro, dije todos menos  la chica de la chompa verde. En su caída incontenible de vergüenza, le llamó mucho la atención la falta  de sonrisa burlona y grotesca de esta chica.     
Al día siguiente, en su intentó por conocer aquella damisela. Se movió como ficha de ajedrez, dejó el anonimato y, emprendió su descubrimiento y conquista.              
Echado a su suerte, el profesor  mandó a formar parejas para la traducción de la actividad, pero  Alberto entendió: anda apareate, florea, muerde, vive tu idilio de amor desenfrenado. Algo tímido al principio pero logró unirse con Andrea, ella estaba seria, interesante, simpática, buenaza, un tanto misteriosa  porque  al cruzar su cabello lacio, cubría  parte de su rostro.  Todo un mundo maravilloso por descubrir dijo Alberto.              

Desde ese entonces, él tuvo que aprender cada clase con mucho empeño, aparte de la exigencia por ser cada día mejor,  ganaría el cielo con Andreita.    
No sé cómo, pero a pesar de la seriedad con la que asentía Andrea. Él, Alberto, Logró hasta arrancarle mas de una sonrisa.

Y es que, desde ese momento, su aprendizaje  se vio acompañado de Andrea, la chica que lo hizo hasta cantar en Ingles.                
 Hace  tres días me contó esto, asimismo,  le va muy bien  con el idioma. Ahora está apunto de terminar el nivel avanzado, y Andrea le dice constantemente I LOVE YOU, como muestra de su gran afecto amoroso.

Definitivamente, aparecen personas que nos motivan a ser mejores, pero cuando no sucede así, y nos encontramos solos, debemos hacerlo por mérito propio. Porque también somos capaces. 

martes, 4 de junio de 2013

CUMPLEAÑITO FELIZ




Con el propósito de liberarme de la alta tensión académica, he aceptado la invitación a una fiesta de tres añitos, o mejor dicho, para ser más directo,  he aceptado la invitación de mi hermano, dueño del local en el cual se realizará la fiesta de tres añitos. 
La cita era a las cuatro  de la tarde, yo llegué temprano para ayudar un poco. Las mesas ya estaban puestas; caramelos, gelatinas, mazamorra morada, dulces, y toda clase de chucherías que provoca devorar con disimulo.  A propósito, quiero confesar que  le di dos zarpazos a la fuente de bombones, embutiéndome el alimento como caníbal desesperado.   

El local estaba  acondicionado, listo  para recibir a cientos de niños y madres  de familia en busca de una tarde jocosa, los globos de todos los colores hacían juego con la excelente decoración, puesto en escena, el ratón Mickey Mouse. Veía al divertido ratón convertido en piñata, platos, vasos, gorros, sorpresas, en el piso, en el techo. Poco faltó que estuviera en el baño.   
Lo cierto es que el inicio de fiesta era 4:30 de la tarde, pero como los peruanos nunca llegamos a la hora. La fiesta empezó a las 5: 30, cuando ya el local estaba listo para empezar una tarde divertida. Las madres llegaron  alegres, bañadas y bien olorosas; vestidas para la ocasión. Junto con aquellas criaturitas del señor, esos angelitos que no paraban de correr por todo el local, gritando y saltando. Subiéndose a las mesas, y creyéndose Goku, otros disparando con pistolitas imaginarias; alucinándose soldaditos de la segunda guerra mundial, revolcándose en el suelo. Tragándose los caramelos, llorando, pidiendo pipi.   

Mi teoría es la siguiente: todos parecieran haber estados atados de manos y pies a sus camas, y cuando llegaron al local, expulsaron ese verdadero niño travieso y juguetón, a demás de hilarante y malcriado. Pero ¿Qué niño de tres años no se comportó así alguna vez?           
El show iba a comenzar, me posicioné al lado de mi hermano Edward; a quien agradezco por la  invitación. Sonó la música y  aparecía el payasito más divertido del mundo,  él era el payasito “cornetita”  un nombre bastante peculiar  para ser payaso. Mientras lo escuchaba hablar, traigo a mi mente en forma de flashback, aquellos momentos en mi vida donde tenía cinco  años y asistí a una fiesta de cumpleaños. Recuerdo que en aquella fiesta, los niños lloraban desesperadamente al ver el payaso, porque recordaban cuando su madre les decía: a los hijos  que no comen toda la verdura se los lleva el payaso diabólico. He allí  el trauma de todo niño.
 Esa tarde fue una de las mejores de mi vida.  El payaso nos vistió con pelucas, mi hermano, mi primo y yo, muriendo a carcajadas. Las señoras casi se orinan, más aún cuando el payaso nos dijo parecíamos a Michael Jackson, Ricky Martin (que hasta entonces lo creíamos hombre) y Chayanne.

Regresé a la realidad, cuando escuché a un  niño regordete reírse hasta más ya no poder,  cornetita movía el trasero y agudizaba su voz para transmitir más simpatía.               
Cuando dieron las 8:00 de la noche todos  corrieron  a la piñata, los niños se abalanzaron en busca de  sorpresas, también lo hicieron las señoras.  Luego, cantaron el feliz cumpleaños, repartieron las sorpresas y la exquisita  torta, que de tres pisos solo quedo uno.            
A las 9:00 de la noche todos se fueron a sus casas. Cerramos las puertas, apagamos las luces y  silenciamos el ambiente.
                              

                 Puedo asegurar que ese día dejó un grandioso recuerdo.