Nunca te voy a dejar, siempre estaré contigo, moriré por ti si
es necesario, nunca te fallaré, no te
preocupes mi amor te prometo ser fiel.
Mis sentimientos son para ti, lucharé por ti, en serio seré fiel, prometo hacerte feliz.
No trataré, seré el que pinte tu vida de colores, te llamaré todos los días, te
pensaré; mañana, tarde y noche. Estaré para ti, moriré por ti, contigo y a
todas partes hasta el final. No, como crees mi amor, no es una promesa
cualquiera, es la pura realidad. Te
abrazaré y besaré cuando te vea, para siempre juntos, seré detallista, me
casaré contigo, tu, y nadie más que tú,
te trataré como nadie lo ha hecho.como una reina. Algún
día te llevaré a vivir conmigo así tus padres no quieran, serás mi vida entera,
velaré por ti, juntos hasta viejitos, para siempre contigo.
¿Cuantas promesas formulaste en una relación? ¿Cuántas cumpliste o cumplieron contigo?
El enamorado(a) conquistador(a) pretende- por no decir hace lo imposible- ser inherente con sus promesas de amor. Mirada fija, manos juntas, y frente a cualquier lugar geográfico que sea capaz de acomodarse a la situación, para decir “te prometo”.
El enamorado(a) conquistador(a) pretende- por no decir hace lo imposible- ser inherente con sus promesas de amor. Mirada fija, manos juntas, y frente a cualquier lugar geográfico que sea capaz de acomodarse a la situación, para decir “te prometo”.
Yo, hace tiempo he decidido no hacer promesas de amor. Estoy Viviendo en un tiempo perturbado por muchas historias del desamor, tanto así que me enseñaron a no hacer
más promesas. Sólo quiero vivir el
idilio de amor en un tiempo presente.
Por consiguiente, pueden llegar esos cambios apresurados que nos sorprenden, ese destino voluble que minimice la relación. Ya que, como todos dicen: uno nunca sabe lo que puede suceder. Miramos al espejo y somos felices, cuando de pronto, volvemos a mirar y tenemos lágrimas mojando hasta nuestras pupilas.
No quiero escuchar ¿y dónde se quedaron tus promesas de amor?
Por consiguiente, pueden llegar esos cambios apresurados que nos sorprenden, ese destino voluble que minimice la relación. Ya que, como todos dicen: uno nunca sabe lo que puede suceder. Miramos al espejo y somos felices, cuando de pronto, volvemos a mirar y tenemos lágrimas mojando hasta nuestras pupilas.
No quiero escuchar ¿y dónde se quedaron tus promesas de amor?
No haré promesas, sólo seré feliz en un
presente sin precedentes.