No precisamente fue un día de mala
suerte y supersticiones acostumbradas; en el que deba evitar pasar por una escalera o el cruzarme con un
gato color negro. He divagado por el centro comercial, utilizando mucha
paciencia y observando los últimos precios en productos. Fui en busca de unas
zapatillas confortables, de buenos colores, sin importar la marca y sobre
todo que no estrangulen mis pies. Estoy ciertamente seguro que, si existieran
zapatillas con ventiladores sería el
primero en adquirirlas.
Al cabo de una hora, después de una exhausta búsqueda en las secciones de ropa y calzado. Encontré lo que buscaba (aclaro que no fueron con ventilador). Lo sucedido después comprende una serie de curiosidades, pues al acercarme a caja para cancelar. Tenía al frente a una mujer simpática y atractiva. Aunque, más haya de su belleza, poseía una mirada distinta hacia mí, y no solo eso sino también me regalaba una sonrisa amigable y a la vez tentadora.
Al cabo de una hora, después de una exhausta búsqueda en las secciones de ropa y calzado. Encontré lo que buscaba (aclaro que no fueron con ventilador). Lo sucedido después comprende una serie de curiosidades, pues al acercarme a caja para cancelar. Tenía al frente a una mujer simpática y atractiva. Aunque, más haya de su belleza, poseía una mirada distinta hacia mí, y no solo eso sino también me regalaba una sonrisa amigable y a la vez tentadora.
Yo por lo pronto, producto de mi hipocondriaca
timidez, pude corresponderle con una
sonrisa y atendiendo a sus preguntas como: “va a pagar en efectivo o con
tarjeta”… Cogí el producto y me fui
contando mis pasos como Jason el destripador, en realidad caminé sin querer,
porque me acordé de la frase, “el amor está donde menos te lo imaginas”. Teniendo esas suspicacias regresé al día siguiente, pero ya no la encontré.
La misma noche he meditado acerca del viernes 13; en realidad no tiene nada de malévolo, todo está en empezar el día con buena actitud. He pensado también acerca de aquellas personas que las encontramos y automáticamente nos gustan. Casi nos llegan a enamorar como a ilusionarnos. A esas personas, jamás las volvemos a ver…
La misma noche he meditado acerca del viernes 13; en realidad no tiene nada de malévolo, todo está en empezar el día con buena actitud. He pensado también acerca de aquellas personas que las encontramos y automáticamente nos gustan. Casi nos llegan a enamorar como a ilusionarnos. A esas personas, jamás las volvemos a ver…
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