sábado, 28 de diciembre de 2013

DESPUÉS DEL AMOR



Sin vacilación y con toda libertad de expresión debo confesar que me volví a  enamorar. Esta vez como un niño maduro, es decir, de la forma más temple y consciente que pueda haber sido.
Ella posee rasgos crédulos y encantadores de los que cualquier hombre puede enamorarse; hasta yo lo hice pero a  diferencia de otros expuse  lo que realmente sentía, mi  proposición de quererla iba  más haya que su belleza física, era el hecho de sentirse genial y hacerla sentir distinta. Una manera espectacular que solo ella podía lograr. Cada encuentro mi corazón dictaminaba que la quisiera  más de lo planeado. Y eso ya me preocupaba. A pesar de todo esto siempre existieron abrazos y besos suaves entre los dos, como también  momentos de grata felicidad.
Así fue para mí. Recibí un  amor desmedido y a la vez no correspondido (en su totalidad). He llegado a la conclusión que un caballero debe abandonar el  campo de batalla cuando no hay respuestas. Huyendo de no ser alcanzado por ese monstro huraño que alguna vez se disfraza de amor. La mañana de ayer (antes de escribir este post) logré cancelar mi cuenta del Facebook para sentirme  sosegado en todo este proceso del olvido. Ya no veo sus fotografías, los like en sus estados y todos aquellos que se visten de niños buenos para repetirle lo que ella ya sabe y que de alguna manera alimenta su ego de más emociones “estás bonita”, “eres bella” etcétera.  
Considero también que en este proceso entramos en diferentes etapas:         

- Aceptar lo evidente con justa razón.
- Olvidar en un acto rotundo todo.
- No desear el mal, sino conservar la amistad para un próximo encuentro.
Es claro como el agua, después del amor viene el desamor. Como una película que llega al climax y luego pierde su interés. Por consiguiente, estuve meditando varios asuntos acerca de esto: Después de cada historia siempre hay una enseñanza. Segundo; no siempre vamos hacer perdedores, y tercero; no es malo enamorarse, pues lo importante es ser correspondido  y  cómo puedes tú, controlar tus sentimientos para no ser el afectado. Es una especie de sentimientos maduros, que, sin lugar a duda, nos hiere pero vamos aprendiendo, quienes merecen nuestro absoluto cariño o quienes no.

Luego de esta inexorable reflexión y salir de estos crispados momentos, debo decir que después del amor viene el desamor y con ello, muchos recuerdos materiales y espirituales que debemos guardar en una cajita. No me lamento del tiempo, la perplejidad y los males que haya ocurrido, fui muy feliz en su momento y yo sé que ella también. Gracias (N). Muchas personas de nuestro entorno, nunca supieron de nuestra historia. Mis palabras siempre fueron verdaderas desde el día que agarraste mi mano y me mirabas con emoción. Quizás no es todavía el momento o quizás, este fue el fin.  

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