Fui a una heladería ubicada en pleno corazón de Piura. Me he sentado queriendo escudriñar la buena atención del local, y esas diferencias en sabores tropicales que tanto habla la gente. Llamé al mozo y le pedí un helado de copa. Era el medio día, por lo tanto el refrescante helado hace su tarea. Minimiza el calor insoportable.
Todo sucedió luego de diez minutos.
Cuando ella ingresó y logró convertirme en un scanner humano, poco faltó para
derretirme junto al helado. Acaso era ¿La mujer perfecta? ¿El sueño de todo
hombre convertido en realidad? Despampanante sexy y deliciosa como mi helado de
guanábana con vainilla y chispitas de chocolate. Pantalón jeans muy ceñido al
cuerpo; permitiendo dibujar su figura espectacular, en su mano derecha llevaba su bolso
color negro con detalles en la parte
delantera, unos corazones brillantes. Su cabello crespo azabache se movía cada
vez que se contorneaba, piel blanca y en su rostro mucho rubor.
Mientras ella realizaba ese ritual para llamar la atención del sexo masculino.
Llega un gran amigo llamado Ruben; un hombre que toda su vida a buscado a
chicas como ella – De portada- Sin
embargo, su realidad y soltería, lo
acompañan hasta para ir al baño.
Y es que a Rubén le gustan las mujeres con cuerpo de modelo; si fuera posible, rubias,
ojos azules y despampanantes. Chicas de revista con grandes atributos.
De cierto modo a mi también me gustan,
pero a comparación de Ruben. No me obsesiono, ni mucho menos creo en la
perfección. Si buscamos toda una vida personas perfectas, jamás encontraríamos
una, por más que el físico reluzca junto
al dinero. Todo esto va originando ideas fantasmales, haciendo que nuestras
oportunidades se vayan para siempre.
En
nuestro paso por la academia, a Ruben se le enamoró una chica morenita
piel canela. Quien no demoró ni medio día en decirle que no. Lo
mismo pasó con María angélica quien no dudo en contarme que no le gustaba,
pues la chica no tenía un buen trasero.
Rechazó a Viviana por tener los senos como dos limoncitos, según el a Martita
por tener boca de tiburón. Etcétera, etcétera.
Quizás esta sea
la manera de perder oportunidades en estos tiempos. Nos dejamos llevar
por las revistas de moda publicitaria, o por la televisión, quien nos introduce en nuestra cabeza, la “perfección” de mujeres y hombres. Suprimimos los
sentimientos y pensamos en que no
podemos estar bien, si ellas(os) aparecen “perfectos”.
Creo que no existen personas perfectas, tampoco debemos buscarlas. Lo cierto es
que existirán algunas personas de las cuales jamás pensaste enamorarte, y es
que con el amor todo puede suceder. Tal vez cuando Ruben logre enamorarse de
verdad y ver más allá de su rubia debilidad, comprenderá que muchas veces las perfecciones
no existen en las personas.
La perfección del amor es morir por amor.
(Denis de Rougemont)
(Denis de Rougemont)
(Todas las imágenes de este blog, son extraídas del Internet)
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