sábado, 16 de noviembre de 2013

LO QUE APRENDÍ DEL AMOR.



Lo que nadie sabe – hasta ahora- es que cada cierto tiempo  medito a manera minuciosa,  un balance de mi propia vida. Literalmente me gusta sentarme a conversar conmigo mismo, sobre todo de aquello que está aconteciendo. Los sucesos y momentos de mi mundo, ese lugar personal  que también posees tú  y que  por alguna razón, has querido escapar por diversos problemas.          
Unos días atrás lo hice. Sentado frente al balcón del apartamento número 401  logré reunir toda clase de pensamientos y cuando lo hacía, me topé con esa palabra de cuatro letras con un generoso valor. “El amor”, qué  he aprendido del amor en todo este tiempo, me pregunté.

Primero empezaré diciendo que, no tenemos nada seguro en el amor, las personas pueden irse de pronto y no regresar jamás. La razón es sencilla: muchos piensan que por llevar un dos a tres años de enamorados o casados la relación será para siempre, cuando de pronto se olvidan de seguir brindando detalles o acciones, y de pronto el amor se marchó. Las personas se aburrieron y se perdió el interés.

Ser  celoso no ayuda para nada. Cada persona tiene su propio mundo, su espacio, su vida, sus amigos (así  te quieran atrasar) y familia. Nadie puede prohibir nada a nadie.  Los celos existen pero no para destruir, sino para darle ese toquecito de interés. Así el hígado te reviente a patadas.           
Quien escribe no es celoso al extremo, salvo si esta personas  sea realmente infiel habrá perdido todo, me molestaré, lloraré, y al final sabré cómo era en realidad.
Hacerle entender a alguien tus verdaderos sentimientos no es sencillo en estos tiempos. Antes que tú, existió un imbécil que jugó con el amor y ahora será algo complicado para ti. He aprendido a expresarme hasta lograr que me quieran, por otra parte, si esta persona no da señales o valora lo que haces es mejor abandonar la misión.  

No hay nada mejor que compartir. Es como partir tu  galleta de vainilla en dos. Lo mismo pasa con tus sentimientos, emociones  y hasta problemas. Tal vez no tengas la solución exacta o correcta pero escuchas, eres atento, y tienes dos brazos para proteger.  
El amor verdadero empieza con un gusto, atracción. Una mezcla de sorpresas; porque no las programas, por lo contrario  llegan solas. Cuando despiertas lo primero que llega a la mente es la imagen de esa persona, y al término del día ya la estás extrañando.
Los miedo existen y existirán de siempre, pero no hay mejor formula que brindarle tu confianza, experiencia, sonrisa, como también, todo el cariño sincero  hacia esa persona. Así ella (o él) tengan aún sus dudas pero lo haces porque necesitas expresarte.   

He aprendido que el amor tiene etapas difíciles, complejos y preferencias físicas: las difíciles cuando no hay comunicación y falta de expresión; los complejos porque están aquellos que les preocupa el qué dirán; y las preferencias físicas porque muchos se refugian en el lado superficial y no valoran esa parte tan importante como es la  espiritual, sin embargo, están las (o los) que pretenden solo entregarse y ser felices. Sin importarles las perfecciones.
No deseo quedar como el hombre perfecto, porque no lo soy, he tenido errores, y  muchos desvaríos. He dejado estos aspectos de los muchos que he aprendido acerca del amor, el mejor de los sentimientos. No hay duda.


0 comentarios:

Publicar un comentario