martes, 14 de enero de 2014

QUIERO DECIRTE ALGO…


Diez minutos distanciaba la llegada de un nuevo día.  Desde hace mucho tiempo necesito saber de ti; escuchar tu voz  y  tal vez hasta ese  palpitar de tu corazón. Cuando apagué la luz  de mi habitación se encendió una divagación por saber más de ti, una batalla campal de grillos  haciendo ruido en mi cabeza, seguido de una voz consciente que me dice: “llama carajo, no tienes nada que perder, si te responde bien, si no, es no”. Es irónico porque ahora era yo quien sentía las pulsaciones de mi corazón.  He cogido el celular  presionando  el botón rojo, cuando lo hice se encendió la pantalla y  un haz  de luz dilató mis pupilas. El celular dejó de alumbrar la habitación y otra vez quedó oscura, el mismo ritual lo repetí tres a cuatro veces. A los cinco minutos trascurridos encendí el celular, ingresé a aplicaciones, luego a vídeos y  cuando menos lo pensaba, mecánicamente observaba los tres vídeos; dos musicales y un último de año nuevo.  
Pensé conciliar mi sueño pero era imposible. El gélido nerviosismo de mi cuerpo creaba otras hipótesis que tal vez podría utilizar como pretexto y abordar la idea de llamarla: “estará durmiendo”, “mejor otro día”, “debe estar al teléfono con alguien más” “mejor otros día”.
Llegué a la conclusión que la noche tiene un sentido desatinado, romántico y misterioso. Incluso no he descartado la posibilidad de culpar a la densidad de las constelaciones por  todos nuestros actos, pues todo sucede por la noche; salen los fantasmas, viene el dolorcito del diente, el escozor muscular  del cuerpo  arremete sin piedad, y por si fuera poco, teniendo un tiempo anticipado de 24 horas, decidimos llamar a quien nos gusta o extrañamos.
He toqueteado mi celular muchas veces, tanto así, que si se convirtiera en  una mujer ya me habría enviado a la cárcel por seducirla atrevidamente. "Yo necesito decirte algo, tengo un presentimiento algo ingenuo y quizás para ti algo descabellado". ¡¡¡Pero creo que algo te sucede!!!
Los 10 minutos sobrepasaron continuamente toda clase preguntas y temores. Es donde decidí deslizar mi pulgar y presionar el botón verde. Esa voz peculiar de la operadora me respondió primero. “el número que usted a marcado se encuentra suspendido”. Yo necesitaba decirte algo…

0 comentarios:

Publicar un comentario